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¿Cómo puedes fortalecer tus nervios con la comida?

No se conoce ningún alimento específico que fortalezca el sistema nervioso, sin embargo, asegurar una dieta sana y equilibrada ayuda a mejorar el funcionamiento de órganos del cuerpo como el corazón y el cerebro, al mismo tiempo que reduce el riesgo de contracciones. Con él se pueden controlar tanto trastornos neurológicos como accidentes cerebrovasculares y la enfermedad de Alzheimer.

¿Cómo puedes fortalecer tus nervios con la comida?

Alimentos saludables para el sistema nervioso

Alimentos ricos en vitamina B: las vitaminas B apoyan y fortalecen el sistema nervioso, y una deficiencia de vitaminas B puede causar neuropatía. La vitamina B6 puede ayudar a mantener la salud, por ejemplo. Además de retrasar la aparición de los síntomas de la demencia, la vitamina B12 es esencial para la producción de ciertos neurotransmisores, y tomar suplementos que contengan vitamina B12 puede ayudar a mejorar la función cerebral. La falta de esta vitamina puede provocar una disminución del nivel cognitivo de los adolescentes que padecen deterioro cognitivo, además de mejorar su desempeño en el lenguaje.

Según un estudio publicado en la enfermedad de Alzheimer en 2012, la vitamina C tiene propiedades antioxidantes que la ayudan. Sin embargo, se necesita más investigación para reducir el daño por estrés oxidativo que aumenta el riesgo de demencia, deterioro cognitivo relacionado con la edad, enfermedad de Alzheimer y otras enfermedades neurológicas. Los alimentos ricos en vitamina C incluyen frutas cítricas como naranjas, toronjas, además de muchas frutas como kiwi, mango, papaya, piña, fresas y vegetales como brócoli, coliflor, pimientos verdes y rojos.

Un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association en 2006 encontró que mantener niveles adecuados de vitamina D en la sangre puede reducir el riesgo de ciertas enfermedades neurológicas. La esclerosis múltiple se puede tratar con él. Entre los alimentos ricos en vitamina D se encuentran el pescado, los champiñones expuestos al sol, la leche fortificada y sus alternativas, el tofu fortificado, el yogur fortificado y los cereales para el desayuno fortificados con vitamina D.

La vitamina E existe en dos formas, tocoferoles y tocotrienoles, pero el alfa-tocoferol ayuda a mantener la salud de la membrana nerviosa y el cerebro lo absorbe más fácilmente. En un estudio publicado en la revista Brain Research, se encontró que niveles suficientes de vitamina E reducen el riesgo de daño estructural y funcional a las células cerebrales, y que las células cerebrales absorben altos niveles de vitamina E. Los aceites vegetales como el aceite de germen de trigo y el aceite de girasol, los frutos secos como las almendras, las semillas como las semillas de girasol y las verduras de hojas verdes como la espinaca y el brócoli son ricos en vitamina E.

Además de producir algunos de los compuestos grasos que se encuentran en las membranas de las células cerebrales, la vitamina K también puede ayudar con los procesos metabólicos relacionados con el tejido nervioso. La vitamina K también es crucial para el sistema nervioso y, según un estudio publicado en 2012 en la revista Advances in Nutrition, los alimentos ricos en vitamina K incluyen: espinacas, brócoli, espárragos, judías verdes, huevos, fresas e hígado.

Es necesario para el correcto mantenimiento del oxígeno intracelular, la producción de neurotransmisores y del complejo de mielina, y se ha observado deficiencia de hierro en niños con hiperactividad y déficit de atención, y el hierro juega un papel fundamental en el desarrollo del feto. La anemia por deficiencia de hierro puede afectar el sistema nervioso central en los niños, según un estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition. Los alimentos ricos en hierro incluyen hígado de pollo, cordero y sardinas, huevos, carne de pato, lentejas, frijoles, guisantes, tofu, calabaza y semillas de girasol.

Es importante tener en cuenta que la deficiencia de yodo en el cuerpo de una mujer durante el embarazo puede causar daños severos al cerebro fetal y causar el síndrome de deficiencia de yodo congénito. Los estudios en ratones encontraron que la deficiencia de yodo afecta los niveles de hormona tiroidea intracelular, lo que resulta en hipotiroidismo, lo que afecta la función cerebral. El yodo se puede encontrar en camarones, atún, huevos, leche, algas secas y palitos de pescado.

La falta de zinc en el cuerpo puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades neurológicas como la enfermedad de Alzheimer, la depresión y la enfermedad de Parkinson. El zinc se encuentra en alimentos ricos en zinc como carne, pollo, cangrejo y mariscos, así como en champiñones, legumbres y nueces, según un estudio de 2000 en el Journal of Nutrition.

El cobre ayuda a regular y controlar las señales nerviosas del cuerpo, y los niveles bajos de cobre pueden aumentar el riesgo de trastornos neurológicos. Uno de los estudios publicados en la revista Progress in Neurobiology en 2014 demostró que el cobre es fundamental para el desarrollo normal del cerebro y sus niveles deben estar equilibrados. Los alimentos ricos en cobre incluyen ostras, granos integrales, frijoles, papas, levadura, cacao, pimienta negra y frutas secas.

Los ácidos grasos omega-3 se utilizan para construir células cerebrales y nerviosas, y un estudio publicado en Current Medicinal Chemistry en 2016 encontró que los ácidos grasos omega-3 pueden reducir el riesgo de muchas enfermedades. Las enfermedades inflamatorias, las enfermedades neurológicas y los trastornos cognitivos se pueden reducir al obtener cantidades adecuadas de ácidos grasos omega-3.

Los nervios y las células forman el sistema nervioso, que transmite y recibe señales entre el cerebro, la médula espinal y varios órganos y sistemas del cuerpo. El cuerpo humano generalmente se divide en dos partes: el sistema nervioso central, que incluye el cerebro y la médula espinal, y el sistema nervioso periférico, que incluye el sistema nervioso somático y el sistema nervioso autónomo. Su importancia radica en su participación en todos los aspectos que contribuyen al mantenimiento de la salud, incluido el crecimiento y desarrollo del cerebro, la capacidad de aprender y recordar información sobre el sueño y el mantenimiento de sentidos como el tacto, el oído y el olfato.

 

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